Universo Indígena

16.7.11


Dios nos ha dado la tierra como vida;
es como nosotros, tiene vida y piensa,
como si tuviera sangre.

Como un apersona, la tierra respira y el agua la recorre
como la sangre a nosotros.

Si amamos la tierra es porque está llena de vida,
si da vida es porque la tiene;
tanto que los animales suelen andar por ahí gritando de alegría.

La tierra es una chacra vieja que fue llenándose de hojas y lodo,
en forma de capas, así fue creciendo hasta ser lo que es.

La tierra somos nosotros,
los desperdicios la hacen vivir, los palos podridos la renuevan,
igual que nuestra propia corrupción.

Si la amamos es porque tiene vida y por eso ayuda a criarla,
sostiene plantas y animales;
cuanto más la cuidemos más vida tendrá,
ella se alegra o entristece según nuestro trato.

Al no tener huesos, la tierra no aguanta,
por eso la buena tierra debe de ser defendida,
igual que la sostienen las raíces.

Naporunas

Río Napo

14.7.11



Ecuador: 1ra. Semana

10.7.11

Caminata 2011: 1ra. Etapa.




Caminata 2011:
Alejandro e Inés caminan con los misioneros/as
de la justicia, la paz y la vida.

1ra. etapa: Guápulo – Pifo (21 kms)


El 09 de Julio de 2011 dio comienzo la 5ta. Caminata a la tumba de nuestros mártires Alejandro e Inés. Esta caminata congrega a todos los miembros de la Iglesia: sacerdotes, religiosos y laicos. Todos unidos por una causa, la causa de Alejandro e Inés; que es defender la vida a través de la promoción de la justicia y la paz.

El inicio de esta caminata tuvo lugar en la Iglesia del Santuario de Guápulo, en la periferia de Quito. La Misa de envío inicio a las 8.15 am, presidida por el Hno. Adalberto Jiménez, viceprovincial de los capuchinos de Ecuador. Quien nos invito a reconocer a Jesús como el misionero del Padre que nos alienta a caminar por la vida buscando promover la justicia, la paz y la vida, teniendo como grandes testigos a Alejandro en Inés que murieron para dar vida.

Al final de la Misa el Hno. Txarli nos motivo a vivir esta caminata reconociendo que es Dios quien nos convoca y es Él el que nos dará la fuerza para llegar al final. Vivir esta caminata en clave de fraternidad fue su segunda motivación. Inmediatamente después de la Eucaristía nos dirigimos a la Embajada Española. Quienes nos ofrecieron un refrigerio. Este fue nuestro último momento de preparación para iniciar a caminar.

La Caminata nuevamente se congregó en el Santuario de Guápulo y a las 10.15 am inició el andar de la caminata. Fueron aproximadamente 60 personas las que iniciaron esta gran odisea. Esta primera etapa tuvo la presencia de hermanos capuchinos de Chile, Colombia, México y Venezuela. Una fiesta de todos, en defensa de lo que es de todos.

Entre consignas, cantos y mantas fuimos avanzando en el camino hacía Pifo. Al pasar por cada pueblo dejamos un mensaje de paz y justicia, a favor de la defensa de la vida de la reserva del Yasuní y de los grupos indígenas afectados por las petroleras.

Luego de caminar unos 10 kms una gasolinera fue nuestra primera parada para descansar. Luego seguimos nuestro camino. Un camino donde se vivió la gracia de experimentar a Dios caminando con nosotros y saberse acompañado por los hermanos, que continuamente nos motivábamos para seguir caminando.

Al llegar a Pifo, lo primero fue descansar y luego esperar a las familias que dos darían alojamiento y alimentación en sus casas. La llegada a este pueblo fue a las 2.30 pm.

Después de comer y descansar nos dimos nuevamente cita a las 6.30 pm en la Iglesia de San Sebastián de Pifo para celebrar la eucaristía con el pueblo. La misa fue presidida por el hno. Alfonso Mora y la homilía estuvo a cardo del hno. Adalberto Jiménez, quien resalto la figura profética de Alejandro e Inés. Cabe mencionar que esta Iglesia fue uno de los destinos de Alejandro, por lo que todavía hay gente que le conoció. En la Misa una persona dio su testimonio sobre Alejandro, mejor conocido en Pifo como el Padre Manuelito.

Enseguida de la Misa cada quien regresó al lugar donde estaba hospedado, para prepararse para iniciar la siguiente etapa al día siguiente a las 6.00 am.

Así termina esta primera etapa (de doce). Sin duda hoy a sido un gran día para todos los participantes que terminamos cansados, con hambre, con ampollas pero sobre todo con el corazón agradecido a Dios por permitirnos caminar por la vida buscando que su Reino llegue a este mundo.