Feliz Navidad

12.12.11

navidad_2011

El mito runa del nacimiento

6.12.11


CÓMO NACIÓ CHURI

De día el marido se dio cuenta que su mujer estaba ya en estado; se enojó:
— ¡Tú estás embarazada de los supays! No es mi hijo; es de otro.
¿Cómo puede ser hijo mío si yo nunca me he unido a ti? —
Pero su mujer repetía: — ¡Es hijo tuyo!
Se molestó el varón y se apartó para dejarla.
— ¡No me dejes! ¡Es tuyo! Cuando dormíamos juntitos me has golpeado el vientre con tu rodilla.
No escuchaba y quería dejarla. (Hasta ahora algunos tienen esa mala costumbre de botar a su mujer...) Ahí hizo mal el mismo papá de Dios. Se alejaba, pero no pudo ir bien lejos; su mujer le advirtió:
— Si tienes la intención de abandonarme, mira primero atrás de ti y no te hagas el loco.
Se volteó y vio un gran hueco en el cual iba a caerse
— ¡Uuuuh!— se asustó y ya no quería dejar a su esposa. La agarró y la llevó a sentarse entre las aletas de un Cedro grande.
La mujer le dijo: —Ya está a punto de nacer tu hijo. ¡Así es! Será mejor que hagas un tambo. —
El hombre preparó el tambo, como un altarcito con pamakari. Entró la mamá del Dios y, dentro de ese tambito de la selva nació su hijo, nuestro Dios, sobre yerbitas del monte (uksha, juri kiwa). De un momento a otro la mamá lo tenía en su regazo. Dicen que nació a los tres días del embarazo. Dos días después ese niño ya caminaba y jugaba con palitos.
Como el Wawa nació tan pronto, los padrinos dijeron
— ¿De quién será hijo? De un supay, seguro...
Los supays vinieron sonde la mamá de Dios:
— A ver, enséñame a tu hijo — dijeron.
Les mostró sólo la punta de su pie y no aguantaron la luz por que brillaba igualito que el sol. Entonces este niño ¿quién será? No parece un niño cualquiera.

Churi anda por la selva

Churi, un buen diá, dio a su mamá:
—Yo voy a arreglar este mundo en que vivimos, pues no está bien, está en pésimo estado.
—No podrás hacer casi nada, porque todavía eres sólo un wawa — dijo la mamá. Pero él replicó:
—¡No! Ya puedo. Iré a dar una vuelta por el mundo y trabajaré todo lo que pueda.
Se enteraron los jefes de los supays y quedaron preocupados:
— iAaah! ¿Qué es esto?
Y Churi empezó sus andanzas por la selva, trabajando chakras.

Alejandro Labaka: 25 años de un final Soñado

2.12.11

Alejandro Labaka: 25 años de un final Soñado

Sobre el Adviento



A los Runas:

Adviento es un tiempo interesante y profundo como son las cosas de Dios. Un tiempo para prepararse y enderezar. Un tiempo para allanar el camino de la vida e igualar las asperezas que dejan las crisis en el corazón.

Es una minga. Tenemos una tarea que cumplir, y no es para menos. Viene el Libertador y para eso hay que construir la libertad. Una libertad que no se gana cambiando leyes y gobiernos, maridos y padres de familia, jóvenes y modas, sino con el cambio interior de la persona.

La figura central, el capataz y maestro en caminos y en vida es Juan Bautista. Si queremos participar en la minga estemos atentos a este maestro: a cómo es, qué dice y hace.

Hay un calendario corto para la realización de esta minga de trabajo: son 4 semanas y el día 25 de diciembre llega Jesús que fortalece y da seguridad a la obra ¿El día 25 será el día de la libertad? ¿Vendrá el Libertador? ¿Cuándo terminará la construcción del camino?

Sea lo que sea, cada uno es responsable del ritmo del camino, incluso podemos acelerarlo.
Fijémonos bien cómo es nuestro maestro de caminos que nos contrata, Juan Bautista (recuadro). Un hombre así, se ve extraño en nuestra sociedad revolucionaria del siglo XXI a la que critica con su look y su mensaje de vida:
En su vestido, comida, bebida y medios de información se contenta con lo indispensable o menos. El anuncio es coherente: sus palabras novedosas no son vacías de sentido. Por eso hacen de él una personalidad irresistible que arrastra a la gente con su propuesta a contrapelo, pero de conciencia: Mente nueva, vida nueva, obras nuevas. Esta es su buena noticia.

Este maestro sin títulos, sin un proyecto de formación ni cursos para enseñar, vive retirado en el desierto, es libre y espera al Libertador. Propone un cambio de dirección social, una lijada a las crisis del corazón. Propone también una capacidad para tomar decisiones y a alegrarnos con las consecuencias, nada a tono con la sociedad, pero muy positivas.

José Miguel Goldáraz