Promo vocacional

17.12.10

Resplandece 2011



Resplandece 2011

Encuentro Vocacional

17.10.10

Oremos por la paz!

4.10.10

infinito

29.9.10

Il Divo - Hallelujah

26.9.10

Padre Pío...

12.9.10

¡RESPLANDECE!

11.9.10

Facebook en el bi-centenario

9.9.10

Cuidado con lo que hacemos!

30.6.10

EXHIBIR LO QUE DEBE ESTAR OCULTO
Sin censura, por Castillo

Desde que Pablo VI estrenó la práctica de los viajes del papa por el mundo, se ha introducido en la Iglesia una nueva manera de hacer presente el Evangelio que - hay que decirlo desde el primer momento - es literalmente contraria al Evangelio. Se trata de la evangelización mediante grandes concentraciones, que se preparan cuidadosamente y en las que se invierten cantidades asombrosas de dinero. Para que la gente nos vea. Para que todo el mundo se entere de que la religión sigue viva, de que el papa es importante, de que los obispos tienen una presencia social que hay que tener en cuenta, etc, etc. El gran maestro y difusor de esta nueva pastoral eclesiástica ha sido, como bien sabemos, el papa Juan Pablo II. El papa que más ha viajado por el mundo entero, el que más multitudes ha concentrado, el más aplaudido, el más famoso. Y, sin embargo, el papa que, al morir, ha dejado una Iglesia metida de lleno en una de las crisis más profundas de la la historia del cristianismo. El conocido escritor John Cornwell, que publicó no hace mucho un excelente estudio sobre Pío XII, terminaba diciendo lo siguiente a propósito del pontificado de Juan Pablo II: "La tesis de este libro es que cuando el papado crece en importancia a costa del pueblo de Dios, la Iglesia católica decae en influencia moral y espiritual, en detrimento de todos nosotros".

Y es que, a mi manera de ver, el problema, que aquí se plantea, es mucho más serio de lo que seguramente imaginamos. Jesús dijo de forma terminante que el Padre del cielo no quiere que vayamos por la vida exhibiendo nuestra fe, nuestra religiosidad, nuestra ejemplaridad. Es más, Jesús insiste en que Dios no ve lo que se muestra en público, para que la gente nos vea, nos admire, nos aprecie, note que somos buenos y ejemplares. El Dios del Evangelio "sólo ve en lo oculto" (Mt 6, 5-6). Dios está ciego para ver las grandes exhibiciones de la fe y de la religiosidad. Ni Dios quiere ese tipo de pompas clericales, que son eficaces para hacernos una falsa idea de nuestra presencia en la sociedad, en la cultura, en el corazón de la gente. Enorme engaño. Y más enorme mentira. Cuando el Evangelio habla de este asunto, no se refiere solamente a que lo hagamos todo con mucha humildad. No es cuestión de humildad simplemente. Es cuestión de laicidad. Jesús fue un laico. Que cuando rezaba, se iba a sitios solitarios, al campo, a los montes, donde nadie lo veía. Los apóstoles de Jesús no se dedicaron a pagarle a la gente para que acudiera a oír a Jesús. Sin embargo, ahora sabemos que los obispos organizan viajes de gentes que van a Roma, para que en el Vaticano se pongan contentos y piensen que la juventud no está tan mal como dicen los rojos de siempre, los progres de siempre, los resentidos de siempre.

Es urgente que la Jerarquía haga, y que todos hagamos, un profundo examen de conciencia sobre cómo estamos orientando la presencia de la Iglesia en este mundo mediático. Si hacemos de la religión un espectáculo de masas, nos quedaremos satisfechos y hasta orgullosos, pero ¡no nos engañemos!, el Evangelio no consiste en concentrar gente, sino en vivir el espíritu y la letra del Sermón del Monte. Y, sobre todo, la realidad dura del final que tuvo que soportar el propio Jesús, precisamente cuando se vio abandonado de todos y así, solo y en su aterradora soledad, es como nos dejó para siempre la "memoria subversiva" que denuncia las contradicciones de todos los que van por el mundo exhibiendo lo que el Señor quiere que sea vida, realidad, nunca boato, apariencia, exhibición. Y nunca, por supuesto, haciendo eso a costa de gastos multimillonarios que claman al cielo desde el dolor de todos los excluidos de este mundo injusto, que se distrae viendo las concentraciones episcopales y papales, pero no cambia ni se hace mejor por ver esos espectáculos de dudoso interés publicitario. Teología sin censura.

Punto de Encuentro No. 23

La libertad tiene un precio: Sígueme.

26.6.10


Lucas 9, 51-62: Sígueme.

Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante.

De camino, entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.

Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: "Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?"

Él se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea.

Mientras iban de camino, le dijo uno: "Te seguiré adonde vayas."

Jesús le respondió: "Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza."

A otro le dijo: "Sígueme."

Él respondió: "Déjame primero ir a enterrar a mi padre."

Le contestó: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios."

Otro le dijo: "Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia."

Jesús le contestó: "El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios."

La verdadera mano de Dios

12.6.10

Dios también se promociona





Francisco, el hombre de los abrazos



Sopló sobre ellos

23.5.10

¿Hacia dónde va el hombre?

29.4.10

En el "mundo nuevo" no habrá ya dolor, ni pena.
(Apoc 7, 17; 21, 4.)


El escándalo de la fe

20.4.10

- Padre ¡como está la Iglesia! Se le quitan a uno las ganas de creer. Era el triste lamento de una feligresa que venía desolada por las críticas escuchadas en la tienda, en la peluquería, en la casa del jubilado… Pero ¿cómo dar respuesta y transmitir consuelo cuando las noticias nos sorprenden cada semana con la información de algún escándalo nuevo cometido por eclesiásticos? Los fieles no pueden menos que resentirse en su fe ante lo que parece –visto desde el enfoque de los informativos- una evidencia: la Iglesia es una institución detestable. Por ende lo sensato parece: “Creer en Jesucristo; pero no en la Iglesia”.
Resulta obvio que lo noticiable siempre es aquello que se sale de lo ordinario. Y lo ordinario en la Iglesia es (mírenlo en sus propias comunidades y parroquias) un grupo de bautizados que se esfuerzan por vivir conforme al Evangelio, imitando a Jesús en su pasar haciendo el bien. Pero el Maligno, no da tregua ni cuartel, arremete continuamente tratando de deshacer lo que Dios edifica. Y así tienta a todo bautizado al pecado y a todo consagrado o sacerdote (la parte más visible de la Iglesia) a la infidelidad. Pero ¿perdemos la confianza en la medicina por los errores médicos, o por los facultativos que se dejan sobornar por los laboratorios? ¿Desconfiamos de la policía porque descubren redes de corrupción interna en el cuerpo? ¿Mostramos rechazo a la esponsalidad por el número de maltratadotes o recelamos de la paternidad por los progenitores que abusan de sus propios hijos? ¿Consideramos el deporte como nocivo, o la guardería como peligrosa o al maestro como sospechoso porque un entrenador, una cuidadora o un maestro son alguien es descubierto como pederasta?... Y así podríamos eternizarnos en ejemplos que ilustran la presencia de la corrupción en cualquier ámbito humano. Y la Iglesia, como cualquier grupo formado por seres humanos –aunque ello nos duela más-, no es una excepción ¡nunca fuimos ángeles! De ello se sirve el Enemigo.

Nuestra respuesta como católicos ante el escándalo que provoca el que es infiel, ha de comenzar por mirar la situación a la luz de la fe en el Señor. Jesús, antes de elegir a sus apóstoles, subió a la montaña a orar. Los envió a predicar la Buena Nueva en su nombre, les dio el poder para curar a los enfermos y expulsar a los demonios, obraron -en su nombre- milagros. Pero, a pesar de todo, uno de ellos fue un traidor. El Evangelio nos dice que Él permitió que Satanás entrara en él y lo vendiese. Si la primera Iglesia se hubiera quedado sólo con el escándalo de Judas, habría fracasado antes de comenzar su tarea. Pero centraron su atención en los otros once, en su testimonio, en su amor por Cristo ¡gracias a ellos nosotros estamos aquí!

Hoy somos confrontados por esa misma realidad. Podemos centrarnos en aquellos pocos que traicionan al Señor o, como la primera Iglesia, podemos mirara a los muchos que son fieles. Los medios de comunicación nunca prestarán atención a los "once" buenos. El escándalo de la Iglesia ha sido una constante en su historia. Hubo épocas aún peores que la actual. Pero cuanto más la apartaba la infidelidad de los hombres de su misión, mayor santidad suscitaba el Espíritu Santo. El humo de Satanás se cuela en la Iglesia por donde puede… pero su poder no prevalecerá sobre Ella.
Los sacerdotes son hombres y experimentan la tentación y caen en pecado como cualquier ser humano. Dios cuenta con ello, por ello ha hecho los sacramentos "a prueba de los sacerdotes". La eficacia del sacramento que celebran no depende de lo santos que sean, basta que tengan la intención de hacer lo que hace la Iglesia, y entonces actúa Cristo.
¡Toda crisis en la Iglesia es crisis de santidad! La santidad es el rostro autentico de la Iglesia y todos hemos de contribuir a que resplandezca. Las personas quieren ver en los bautizados razones para tener fe, para tener esperanza, para responder con amor al Señor.
Estos son tiempos duros para ser sacerdote, tiempos duros para ser católicos… Pero también son tiempos magníficos para ser fieles: "Bienaventurados cuando os injurien, y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos". Porque ¿qué mérito tiene ser fiel en la bonanza? "Hasta los cadáveres pueden flotar corriente abajo; pero se necesita de verdaderos hombres, de verdaderas mujeres, para nadar contra la corriente" (Fulton J. Sheen).

En tiempos pasados la Iglesia era respetada. Los sacerdotes tenían reputación de santidad y bondad. Pero en la España que no iba a reconocer “ni la madre que la parió” (según frase de Alfonso Guerra) ¡ya no es así! Y bien que se encargan de ello los MCS. Hay que ser un verdadero cristiano para mantenerse nadando contra la corriente de las criticas, gracias a ello ganaremos en autenticidad y restaremos cristianismo sociológico a nuestra Iglesia. Era Pío XII quien a firmaba con rotundidad que “sería preferible que fuésemos menos, con tal que los que fuésemos ¡lo fuésemos de verdad!”.

Concluyo con una anécdota: Napoleón amenazó, en cierta ocasión, Cardenal Consalvi: "Voy a destruir su Iglesia". A lo que el Cardenal contestó: "No, no podrá". Napoleón lo miró indignado y repitió, en tono enérgico: "¡Voy a destruir su Iglesia!". El Cardenal dijo: "No, no podrá. ¡Ni siquiera nosotros hemos podido hacerlo!" Si los malos Papas, los sacerdotes infieles y miles de pecadores en la Iglesia no han tenido éxito en destruirla desde su interior, tampoco podrán los MCS.
La cuestión no es el escándalo de la Iglesia sino como nos situamos ante ellos ¿con mirada de fe o sin ella? No está en cuestión si perdurarrá la Iglesia sino si tú perseverarás tú en tu fe, si serás capaz de nadar contra corriente...

Diario de un cura de Aldea

La Familia Franciscana

20.3.10



Es una la familia y nuestro emblema:
Los dos brazos en cruz: Francisco y Cristo;
Que sea Paz y Bien al mundo amado
por el cordón seráfico ceñido.

Hermanos franciscanos, Cristo es uno,
en múltiples carismas indiviso;
la Iglesia es una, bella de su Esposo,
la vid y los sarmientos, Cuerpo Místico.

¡Oh Santa Humanidad, Encarnación
que muestra vivo a Dios en Jesucristo,
hermanos somos, hijos en el Hijo,
del seno de María renacidos!

La pura sencillez y la alegría,
cual pobres, cual humildes y pacíficos,
misterio de Belén y del Calvario
serán signo de amor, que es nuestro signo.

Jesús Eucaristía hasta la vuelta,
en ti nos reúnes, nos unimos;
tu luz y tu presencia y tu fragancia,
queremos esparcir agradecidos.

Hagamos unidad en la alabanza,
loando con Francisco al Uno y Trino.
¡Cantad, cantemos juntos, creaturas:
Honor y bendición a Dios Altísimo!

Amén

Fr. Rufino María Grández, OFM Cap

...Entonces Jesús les dijo esta parábola...

15.3.10



Observando al Padre logro distinguir tres caminos que llevan a una auténtica paternidad misericordiosa: el dolor, el perdón y la generosidad. Puede parecer extraño que el dolor conduzca a la misericordia. Pero así es. El dolor me lleva a dejar que los pecados del mundo -incluidos los míos- desgarren mi corazón y me hagan derramar lágrimas, muchas lágrimas por ellos. Si no son lágrimas que brotan de los ojos, por lo menos son lágrimas del corazón. Este dolor es oración.

El segundo camino que conduce a la paternidad espiritual es el perdón. Por el perdón constante es cómo vamos llegando a ser como el Padre. Él perdón es el camino para superar el muro y acoger a los demás en el corazón sin esperar nada a cambio.

El tercer camino para llegar a ser como el Padre es la generosidad. En la parábola, el Padre del hijo que se va no sólo le da todo lo que le pide, sino que le colma de regalos cuando vuelve. Y al hijo mayor le dice: “Todo lo mío es tuyo". El Padre no se reserva nada. Lo mismo que el Padre se vacía de sí mismo por sus propios hijos, así debo darme a mis hermanos y hermanas. Jesús deja entender a las claras que en esta oblación está el signo del verdadero discípulo: "Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos". Darse supone una auténtica disciplina, porque no es algo que brota automáticamente. Cada vez que doy un paso en dirección a la generosidad, me muevo del temor al amor.

Como Padre, debo creer que todo lo que el corazón humano desea se puede encontrar en casa. Como Padre, debo tener el valor de asumir la responsabilidad de una persona espiritualmente adulta y creer que el gozo verdadero y la satisfacción plena sólo pueden venir acogiendo en casa a los que han sido ofendidos y heridos en el viaje de su vida y amándolos con un amor que no pide ni espera nada a cambio.

Se da un vacío terrible en esta paternidad espiritual. Pero este vacío terrible es también el lugar de la verdadera libertad. Libre de recibir la carga de los otros, sin necesidad de valorar, clasificar, analizar. En este estado del ser que no se permitiría nunca juzgar, puedo engendrar una confianza liberadora (H. Nouwen, L'abbraccio benedicente, Brescia 1994, 190-199, passim).

Música

9.2.10

Música





6.2.10

Resplandece!!

San Francisco, modelo de diálogo con los musulmanes, afirma el Papa

28.1.10



En su catequesis sobre el santo de Asís

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 27 de enero de 2010 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI dedicó la audiencia general de hoy, siguiendo con el ciclo de catequesis sobre historia de la Iglesia, a la figura de san Francisco de Asís, “auténtico 'gigante' de la santidad, que sigue fascinando a muchísimas personas de toda edad y toda religión”.

Además de proponerle como modelo de auténtico reformador eclesial, de adhesión personal a Cristo, de amor a la Creación y de radicalidad en el seguimiento del Evangelio, el Papa quiso también mostrar a san Francisco de Asís como modelo de diálogo con creyentes de otras religiones, en particular con el Islam.

Recorriendo uno a uno los episodios más significativos de la vida del santo italiano, el Papa recordó que la orden se desarrolló en muchos lugares de Europa, “e incluso en Marruecos”.

En 1219 Francisco obtuvo el permiso de dirigirse a hablar, en Egipto, al sultán musulmán Melek-el-Kâmel, para predicar también allí el Evangelio de Jesús.

“Deseo subrayar este episodio de la vida de san Francisco, que tiene una gran actualidad”, afirmó Benedicto XVI.

“En una época en la que estaba en curso un enfrentamiento entre el Cristianismo y el Islam, Francisco, armado voluntariamente solo con su fe y su mansedumbre personal, recorrió con eficacia el camino del diálogo”, explicó.

El Papa recordó que el sultán recibió a san Francisco “con una acogida benevolente y cordial”.

“Es un modelo en el cual también hoy deberían inspirarse las relaciones entre cristianos y musulmanes: promover un diálogo en la verdad, en el respeto recíproco y en la mutua comprensión”, afirmó.

Después, explicó, en 1220 “Francisco visitó Tierra Santa, echando así una semilla, que traería mucho fruto: sus hijos espirituales, de hecho, hicieron de los Lugares en los que vivió Jesús en un un ámbito privilegiado de su misión”.

En este sentido, quiso recordar “con gratitud” los “grandes méritos” de la Custodia Franciscana de Tierra Santa, que cuida los Santos Lugares desde el siglo XIII.

Miércoles 27 de enero de 2010

27.1.10

Por la unidad!!

19.1.10



San Francisco de Asís

16.1.10

Los pasajes de la historia

  • San Francisco de Asís /



    icon for podpress San Francisco de Asís [28:52m]: Hide Player | Play in Popup | Download




  • ¡RESPLANDECE!

    15.1.10



    Viernes, Enero 15 2010


    ¡Resplandece! es un festival juvenil de crecimiento en la fe y formación de valores, dentro de un ambiente festivo, que ayude al joven a reflexionar sobre las propuestas de felicidad que la sociedad actual le hace, así como la forma en que él mismo está viviendo su vida. Con el objetivo de motivarlo a que se comprometa a vivir su vida con responsabilidad para con el mismo, los demás y la sociedad, así como descubrir que él es el protagonista de su vida y del cambio que anhela.

    Lo nuevo de ¡Resplandece!

    Se generara un ambiente dinámico, en el que provoquemos que el joven use el mayor número de sus sentidos; para esto aprovecharemos las bondades de la tecnología, como es la multimedia, el manejo de luz y sonido, video, entre otras; las que conjuntaremos con teatro y el desempeño de expositores especialistas, para involucrar al joven en el tema. Todo esto con la idea de crear un nuevo concepto que mantenga al joven en interacción y continua participación.

    Aunado a lo anterior planeamos una sección de pabellones, donde distintas comunidades religiosas, grupos o movimientos laicales, asociaciones civiles, etc. Extenderán su propuesta a los jóvenes, así como un pabellón de artes. También tendremos un área de eventos alternativos, donde puedan apreciar una exposición de arte, escuchar un concierto de música o una exhibición de danza, entre otras cosas.

    Organizan los Hermanos Menores Capuchinos, en colaboración la Arquidiócesis de Guadalajara, dinámica juvenil Lolek y otros movimientos y organizaciones juveniles.

    Las inscripciones y reservaciones de lugar se realizaran vía internet. El joven tiene que entrar en la página ¡Resplandecefest.org! y accesar a la sección de registro, al registrarse automáticamente queda dado de alta dentro de la comunidad ¡Resplandece!, con lo que recibirá correspondencia frecuente del festival; cabe aclarar que esto no le garantiza su lugar. Vía electrónica recibirá el procedimiento de pago, que será la única forma de reservar su lugar.


    Fechas: 27 y 28 de Febrero del 2010
    Lugar: Colegio Anáhuac Chapalita.
    Dirección: San Juan Bosco 4265, Col. Chapalita, Zapopan, Jalisco.
    Inscripciones: ¡Resplandecefest.org!
    Teléfonos de contacto: (33) 3335 7406, 3335 7973

    La gracia de servir

    5.1.10

    Misiones Oaxaca 2010



    Misiones Capuchinas 2010